Interiorismo vs. "Eso lo hago yo" Cada vez que alguien dice “eso lo hago yo”, un diseñador de interiores suspira muy hondo. Porque no se trata solo de escoger una silla bonita o una lámpara moderna. Se trata de cómo se conectan los espacios, cómo fluye la luz, cómo se equilibra lo estético con lo funcional. Pero claro, desde fuera, parece fácil. ¿Quién no ha visto 200 reformas en Pinterest? ¿Quién no ha jugado con filtros en una app o ha comprado cuatro cosas “de diseño” en una tienda online? Lo que no se ve es el trabajo de verdad: • El plano que evita que el sofá bloquee la circulación. • La elección de materiales que armonizan y resisten. • El estudio de iluminación que transforma una estancia fría en un refugio. • El dominio del color, el volumen, las texturas. • La capacidad de resolver problemas antes de que se conviertan en errores caros. Y sobre todo: la visión. El diseño de interiores no es poner cosas bonitas. Es contar una historia con espacios. Es crear bienestar, identidad, emociones. Si el cliente piensa que puede hacerlo solo, quizá no es culpa suya. Quizá es que el sector aún no ha sabido explicar bien su valor. Así que la próxima vez que escuches “eso lo hago yo”, no te frustres. Tómalo como una oportunidad: para educar, para inspirar, para mostrar todo lo que hay detrás.